Como ya hemos hablado en más de una ocasión, un buen padelero debe entrenar tanto la parte física y técnica como la mental. Para disfrutar y darlo todo en la pista hay que trabajar y cuidar el factor psicológico. Hoy hablamos de la inteligencia emocional en el pádel y de cómo puede ayudarnos en nuestro rendimiento deportivo.
Pero ¿qué es la inteligencia emocional? Los especialistas lo definen como la capacidad del ser humano de controlar las emociones, de manera que se consigue ser más productivo en las actividades que realizamos. También se trata de tener la capacidad de analizar lo que pasa a nuestro alrededor, compararlo con nuestras experiencias vitales y de ahí poder tomar las mejores decisiones.
La importancia de la inteligencia emocional en el pádel y en el deporte en general es algo innegable. Se trata de una habilidad fundamental para encarar las diversas situaciones de tensión, estrés, ansiedad, toma de decisiones, etc. que se viven durante la competición. Es clave saber controlar las emociones de manera positiva para sentirse bien y obtener mejores resultados.
Los estudios demuestran que las personas con más habilidades emocionales tienden a sentirse más satisfechas y, por tanto, suelen ser más eficaces en sus tareas. Al contrario de aquellas que no saben hacer frente a sus embrollos emocionales, están tan inmersas en ellos que disminuyen su capacidad de concentración, atención y su eficacia.
Las cosas como son, si estamos rayados todo el día con nuestras historias mentales y no sabemos cómo gestionar lo que nos pasa, no damos pie con bola en todo lo demás. Y si saltamos a la pista de pádel con la mente centrifugando seguramente no consigamos centrarnos en el partido, hagamos un mal partido y encima nos sintamos después peor por ello, algo que alimentará el bucle de emociones negativas.
Tenemos que tener claro que cualquier emoción ya sea positiva o negativa puede llevarnos a perder el control de una determinada situación. Por ejemplo cuando vamos perdiendo un partido la sensación de tristeza y angustia nos puede jugar muy malas pasadas si no conseguimos canalizar esas emociones para sacar algo que nos ayude.
Pero ¿cómo podemos saber si tenemos un buen nivel de inteligencia emocional? ¿qué podemos hacer para mejorar en ese aspecto y que nos ayude en nuestras aventuras padeleras?
Características de las personas con buen nivel de inteligencia emocional
Las personas con un buen nivel de inteligencia emocional se caracterizan por tener las siguientes habilidades:
– Son capaces de reconocer sus sentimientos y los de las personas que les rodean. Expresan correctamente con palabras sus pensamientos y sentimientos, de manera honesta consigo mismos y con los demás. No se callan sus emociones, las escuchan y las ponen en contexto para poder entenderlas. Al mismo tiempo, saben regular la intensidad de sus emociones y expresarlas como quieren.
También tienen la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, es decir, son empáticos. La empatía es una cualidad muy importante en las relaciones sociales.
– Conocen sus fortalezas y debilidades: a partir de ese profundo autonocimiento trabajan para potenciar su virtudes y corregir sus defectos.
– Tienen una personalidad firme: no se ofenden con facilidad ante comentarios ajenos y son capaces de diferenciar con claridad entre hechos y opiniones para no llevarse al terreno personal determinados comentarios objetivos, por ejemplo. Así pueden analizarlos sin que les afecte.
– No persiguen la perfección: entienden que lo importante es el aprendizaje y que equivocarse es humano.
Además, relacionado con esto, las personas con alta inteligencia emocional suelen valorar y apreciar lo que tienen, centrando su atención en ello y no únicamente en lo que les falta.
– Saben cuándo se equivocan y son capaces de pedir perdón. Reconocen sus errores con humildad y se esfuerzan por repararlos. Son dialogantes y escuchan a los demás contando con la posibilidad de que pueden ser ellos los que estén equivocados en algún tema.
– Priman la positividad: a pesar de estar ante situaciones difíciles intentan sacar lo positivo de todo lo que se les presenta y con lo que tienen que lidiar. No se centran en lo negativo y se hunden retroalimentándolo.
– Son capaces de pasar página: no se quedan anclados en situaciones del pasado, ya sean positivas y negativas. Entienden que hay que evolucionar y seguir caminando. Viven el presente con intensidad sin angustiarse por el pasado ni demasiado por el futuro. Esto les ayuda a reducir los niveles de angustia y estrés.
– No les asustan los cambios: aceptan que la incertidumbre forma parte de la vida, que hay cosas que escapan a nuestro propio control y que los cambios pueden llevar a nuevos e interesantes lugares por explorar.
– Son proactivos: proponen cosas, se anticipan, se plantean objetivos y metas que alcanzar. No están “a verlas venir”, no se quedan esperando que las cosas se solucionen solas o que un día llame a su puerta la oportunidad de su vida. Salen a buscarla.
– Saben decir no: algo que puede parecer sencillo pero que realmente no lo es porque muchas veces nos cuesta poner límites y nos resulta más fácil dejarnos llevar y hacer algo que no queremos por no pasar el mal rato de tener que decir que no a alguien. Las personas con buen nivel de inteligencia emocional saben poner esos límites.
– Buscan para tener a su lado a personas alegres y que transmitan buen rollo, con energía positiva, que sean optimistas. Personas que les aporten cosas buenas y que alejen las malas vibraciones, el victimismo y la negatividad ante la vida.
– Se preocupan por su salud: les gusta cuidarse, buscar el bienestar tanto a nivel físico a través de una buena alimentación, haciendo deporte, descansando en condiciones, como a nivel social teniendo relaciones sanas, honestas, sinceras.
La inteligencia emocional para jugar al pádel
Una vez visto todo lo anterior podemos hacernos una pequeña idea de si somos personas con un nivel al menos aceptable en inteligencia emocional o tenemos que mejorar mucho en este aspecto. Pero como hemos comprobado la inteligencia emocional para jugar al pádel es básica si queremos ser buenos padeleros y sobre todo disfrutar de nuestra afición por este fantástico deporte.
Os damos algunos consejos para intentar desarrollar mejor nivel de inteligencia emocional en el pádel:
– No te pongas excusas y busca siempre tu momento para bajar a la pista a echar un partidillo con algunos amigos. No esperes a que te llamen, toma la iniciativa y propón el calendario, si te fallan unos prueba con otros o juega algún día con desconocidos. ¡Prueba! y no te quedes sin practicarlo al menos una vez por semana si de verdad te apetece jugar.
– Disfruta sin más. No te obsesiones con ganar y que eso sea lo único que te mueva. Está claro que cuando vas cogiendo nivel y cuando te enfrentas a partidos o torneos importantes, la victoria es el principal objetivo. Pero que esa meta no se convierta en una angustia y se vuelva en tu contra las ansias de ganar. Respira, confía en tus posibilidades, sal a darlo todo a la pista pero sobre todo pensando en pasártelo bien.
– Aprende a relativizar. No se acaba el mundo porque nos metan un remate, ni porque nosotros fallemos una volea. Ni siquiera porque nos den un baño y salgamos de la pista sin un set ganado. Aunque es normal, lógico y hasta bueno dentro de unos límites enfadarnos ante cosas así, tenemos que poner todo en contexto, analizar qué ha ocurrido para intentar que no vuelva a pasar y despejar nuestra mente pensando en el próximo partido sin que el disgusto nos dure todo el día o toda la semana dándole vueltas a lo mal que lo hemos hecho. No sirve de nada.
– Compórtate con deportividad, tanto con tus rivales como con tu compañero. Si fallas alguna no le eches la culpa a tu compi, no inventes excusas, no te cierres. Asume el error y trata de enmendarlo para la próxima. Si es tu compañero el que falla no te lo comas, apóyale, dale ánimos y ve como puedes ayudarle en la próxima. Si tus contrincantes hacen un buen partido, reconócelo y felicítales por ello.
– Aprovecha la oportunidad que te brinda el pádel para relacionarte, conocer gente nueva, aprender de ellos, jugar con y contra ellos, ir a tomar algo, etc.
No olvidéis que nuestra actitud mental ante las cosas determina nuestra manera de actuar. Es importante estar a gusto, tener nuestra mente tranquila y sana, para disfrutar del pádel y de la vida.