Siempre que nos enfrentamos a cosas nuevas hay un poco de temor y nos asaltan algunas dudas, eso es algo muy normal, no hay que alarmarse. Cuando empezamos a jugar al pádel es habitual sentir ciertas inseguridades ante determinadas situaciones, pero hay que saber lidiarlas para evitar bloqueos y que algo tan divertido se pueda convertir en un martirio.
En nuestros primeros coqueteos con el pádel lo que tenemos que hacer es dedicarnos a aprender bien las reglas, poner todo de nuestra parte para ir mejorando poco a poco y sobre todo pasarlo bien en la pista, sin preocuparnos de mucho más. Los miedos típicos de jugadores de pádel amateur están muy relacionados con la falta de confianza en uno mimo y con estar muy pendiente de los demás.
Y es bastante habitual que al surgir esos temores iniciales todo sean excusas para no jugar: que si no tengo tiempo, que si estoy cansado, que si tengo cosas que hacer… Algunos al final acaban dejando de jugar al pádel sin siquiera haberse probado de verdad. Una cosa es que no te guste, entonces no hay más que hablar, pero si te gusta jugar, si te llama la atención, que el miedo no sea un impedimento.
Aunque cada persona es diferente y tiene una manera distinta de afrontar las cosas, os contamos los miedos típicos de jugadores de pádel amateur y cómo poner un poquito de cabeza –cuidar el aspecto psicológico es clave-, para superarlos y disfrutar:
– Creer que no vas a aprender a jugar al pádel en la vida. Este temor es más común en personas muy nerviosas, que quieren ver resultados al momento, pero lo cierto es que mucha gente que ve que no se le han dado muy bien sus primeros partidos piensa que nunca va a llegar a saber jugar en condiciones.
También le suele pasar a gente a la que se le dan muy bien otros deportes o que ha jugado al tenis y piensa que el pádel es igual y se le tiene que dar igual de bien.
A ver, tengamos claro que estamos empezando a practicar un deporte nuevo, que aunque asequible y de primeras fácil, tiene un alto componente técnico y táctico que lógicamente se irá aprendiendo con el paso del tiempo y sobre todo jugando mucho.
Está claro que el primer día que cojas la pala no vas brillar en la pista como un profesional, pero tampoco es esa la idea. Con ganas y entusiasmo, jugando y jugando, prestando atención y esforzándote un poquito verás como puedes ir progresando y cuando menos te lo esperes te marcarás un jugadón.
– Es bastante común el miedo a hacer el ridículo. Hay muchos jugadores de pádel amateur que en cuanto no devuelven un par de golpes a la primera o se tropiezan al intentar llegar a una bola sienten mucha vergüenza y piensan que están haciendo el ridículo.
Esto tiene mucho que ver con nuestro nivel de autoestima y con lo que nos afectan las opiniones de los demás. Pero relajémonos y no nos volvamos locos. Lo normal es que los primeros partidos de pádel los juguemos con amigos, en un ambiente distendido y simpático. Siempre es bueno, reírse de uno mismo y si algo falla en algún momento, intentar que no vuelva a pasar, sin castigarse.
– Miedo a las críticas. Este punto está muy ligado con el anterior. Nos sentimos observados y estamos más pendientes de los demás que de jugar. Si, además, estás dando clases de pádel con un profesor, tienes que tener claro que te va a corregir cosas, te va a sacar defectos, etc. Pero todas esas críticas, siempre que sean constructivas claro, hay que saber encajarlas y utilizarlas para mejorar. No pensar que eres el rey de la pista y el resto están equivocados o que el profe te ha cogido manía ;)
– Miedo a los rivales. Este temor es un clásico y ya no solo en jugadores de pádel amateur si no en todos los niveles y, en general, en todos los deportes. Es lógico que te asuste enfrentarte a rivales que pueden ser más fuertes o mejores, pero no debe crearte ansiedad ni malestar. Simplemente hay que esforzarse todavía más y, de nuevo, dejar de pensar en ellos y pensar en ti mismo, en cuáles son tus puntos fuertes y cómo puedes utilizarlos para que la cosa funcione.
Como veis los miedos típicos de los jugadores amateur son normales y se pueden combatir. Lo esencial es echarle muchas ganas, bajar a la pista con ilusión de aprender, de mejorar, de pasarlo bien, de gozar de los beneficios que el pádel nos aporta para la salud y de ir superando nuestras propias metas.
Realizar sesiones de entrenamiento os ayudará a estar cada vez más preparados y a encarar los partidos de otra manera, estaréis más seguros de vosotros mismos y de vuestras posibilidades.
Con el tiempo todo se irá haciendo más fácil, verás como aprendes las reglas y a desenvolverte en la pista, ganarás (y perderás también, las cosas como son) partidos, irás haciendo tu propio juego y te lo pasarás en grande, porque el pádel es muy divertido y no hay nada que temer.
¿Cuáles fueron vuestros miedos cuando empezasteis a jugar al pádel?